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miércoles, 17 de febrero de 2021

CUENTOS QUE CONTAGIAN ILUSIÓN. FUNDACIÓN ONCE.

 
 
 
Fundación ONCE , nos ofrece una serie de cuentos con el objetivo de mostrar las vivencias de los niños y niñas con discapacidad a través de divertidas aventuras.
Una vez dentro de su web también podéis encontrar, actividades y multimedia.
 
Échale un vistazo porque es muy interesante.

 

lunes, 12 de diciembre de 2016

CUENTOS QUE CONTAGIAN ILUSIÓN.




Una colección de cuentos infantiles de la Fundación ONCE, cuentos que muestran las experiencias que tienen niños y niñas con discapacidad a través de sus vivencias y aventuras. Se trata de una colección de 6 cuentos donde los protagonistas tienen diferentes discapacidades. Todos ellos disponibles de forma gratuita .


Visto en: rincones.educarex.es

miércoles, 19 de octubre de 2016

EL MUNDO AL QUE EMPUJA EL SILENCIO. CUENTO PARA EMPATIZAR CON UNA PERSONA CON TEL.



Este cuento, escrito por Cataliana Hernández, nos hace sentir, la misma  dificultad de una persona con TEL, donde cada situación por muy normal que nos parezca, para ellos se vuelve una batalla más que librar. Nos enseña, como es el día a día de alguien que es un extranjero  en su propio idioma.

"Antes de señalar con tu dedo acusador y sentenciar a alguien a llevar una etiqueta que 
le marcará su vida, deberías saber que hay dificultades invisibles que sólo entienden 
quienes viven, y quienes conviven con ellas. No juzgues si nunca te has puesto sus 
zapatos y has caminado por el mismo camino con las mismas desventajas."

Pinchar en la palabra cuento, debajo de la imagen que os llevará a leer el cuento.

domingo, 25 de octubre de 2015

CUENTO. LA NIÑA Y LAS DOS MANZANAS.



“Una preciosa niña, se encontraba sentada sujetando entre sus manos dos  manzanas rojas. Al verlas, su madre se le acercó y le pidió con una sonrisa si le daba una de ellas.
La niña mordió rápidamente las dos piezas de fruta, ante la decepcionada mirada de la madre, pero ante su sorpresa la niña, pasándole una de las manzanas, exclamó con todo su amor:
– Toma mami, ¡está es la más dulce de las dos!
No importa lo que creamos saber, por muchos años y experiencia que tengamos, no somos capaces de leer la mente, siempre hay que dar una oportunidad al que tenemos enfrente, olvidemos los juicios ¿Para qué sirven?.

jueves, 8 de octubre de 2015

CUENTOS PARA CONVERSAR.









Os presento una aplicación interactiva del Gobierno Vasco, " Cuentos para conversar" , trata de promover hábitos saludables y habilidades para niños/as de 6 a 11 años. Se trabajan diferentes temáticas como : alimentación, actividad y descanso, alcohol, tabaco, medicamentos, higiene y seguridad. Pinchar en el enlace.

martes, 1 de septiembre de 2015

25 CUENTOS CON PICTOGRAMAS.




Os presento un excelente material que su autora María Luisa Carrillo me ha presentado, una profesional apasionada de su trabajo y creadora de  esta magnífica colección de cuentos con pictogramas.

Son un total de 25 cuentos que tratan en su mayoría vivencias cotidianas, a través de Pictogramas. Herramienta útil para trabajar con niñ@s con n.e.e. el aprendizaje de la lecto-escritura. Cuentos con 32 páginas, que además incluyen actividades de comprensión lectora. Ideales para interactuar con l@s niñ@s. Avalados por Juan Martos y testados por el Equipo Deletrea. Se distribuyen en once países, y en España su coste es de tan sólo cinco euros cada uno.

Material muy útil para logopedas, AL, PT, orientadores, familias......... Un material que no 
debe faltar en los centros educativos que tienen alumnos con n.e.e.

Desde aquí muchas gracias María Luisa por hacernos compartir tu gran trabajo.

lunes, 25 de mayo de 2015

CUENTO SOBRE LA SINCERIDAD. EL GRAN PALACIO DE LA MENTIRA.







Todos los duendes se dedicaban a construir dos palacios, el de la verdad y el de la mentira. Los ladrillos del palacio de la verdad se creaban cada vez que un niño decía una verdad, y los duendes de la verdad los utilizaban para hacer su castillo. Lo mismo ocurría en el otro palacio, donde los duendes de la mentira construían un palacio con los ladrillos que se creaban con cada nueva mentira. Ambos palacios eran impresionantes, los mejores del mundo, y los duendes competían duramente porque el suyo fuera el mejor.

Tanto, que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y marrulleros, enviaron un grupo de duendes al mundo para conseguir que los niños dijeran más y más mentiras. Y como lo fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y su palacio se fue haciendo más grande y espectacular. Pero un día, algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos se convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se rompió. Y así, poco a pocomentiras. Y como lo fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y su palacio se fue haciendo más grande y espectacular. 

Pero un día, algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos se convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se rompió. Y así, poco a poco,cada vez que se iban descubriendo las mentiras que habían creado aquellos ladrillos, éstos se transformaban y desaparecían, de modo que el palacio de la mentira se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y más ladrillos, hasta que finalmente se desmoronó.
Y todos, incluidos los duendes mentirosos, comprendieron que no se pueden utilizar las mentiras para nada, porque nunca son lo que parecen y no se sabe en qué se convertirán.


Autor: Pedro Pablo Sacristán.

lunes, 23 de marzo de 2015

CUENTO , EL NIÑO QUE PUDO HACERLO.





  



EL NIÑO QUE PUDO HACERLO.
Libro: Cuentos para entender el mundo ( 38 cuentos cortos para reflexionar).
Autor: Eloy Moreno.



Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.


Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.
Golpeó, golpeó y golpeó hasta que con-siguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo.

A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos.

Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.
-Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza suficiente ¿cómo ha podido conseguirlo? -comentaban entre ellos.

Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.
-Yo sí sé cómo lo hizo -dijo.
-¿Cómo? -respondieron sorprendidos.
-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.

miércoles, 25 de febrero de 2015

CUENTO: LA NIÑA RICA Y LA NIÑA POBRE.






Érase una vez dos niñas,  llamadas Beatriz y María. Beatriz era una niña muy rica y María era una niña muy pobre. Beatriz era ambiciosa y de todo lo que le regalaban nada le gustaba. Ella decía que a una niña tan rica tenían que darle todos los gustos; además, era muy caprichosa. Sin embargo,  María  era  muy  sencilla y se conformaba con todo.

Llegó el día de  Navidad y a  Beatriz le compraron muchos regalos, pero a Marìa nada, ya que sus padres no tenían dinero ni para comer.

  
Sus padres le dijeron: “Lo sentimos mucho, pero no tenemos dinero para comprarte nada. Pero nos esforzaremos y te compraremos algo, aunque no sea muy caro. ¿Qué quieres? Te lo compraremos.”

      Ella respondió: “Nada, tengo una familia, casa, comida y el amor de mi familia, ¿qué más puedo pedir?”.

Sus padres, poco a poco, le compraron una muñeca de trapo. Un día María estaba jugando con su muñeca y pasaba por allí Beatriz y le preguntó: “¿Eso es lo que te han comprado tus padres? ¡Buah!, a mí muchísimos regalos”. María contestó: “Sí,  ¿Qué más puedo pedir?, si tengo el amor de mi familia, casa, comida”.

 Lo que yo os quiero decir con este cuento es que el amor  da la felicidad. Pero el dinero no da la felicidad y sólo trae peleas y angustias.

  Autora: Ana Bejarano Ramos

martes, 3 de febrero de 2015

EL VERDADERO VALOR DE UN ANILLO. CUENTOS PARA PENSAR JORGUE BUCAY.








Hace mucho tiempo, un joven discípulo acudió a su maestro en busca de ayuda.
Su gran preocupación era que sentía que no valía para nada y que no hacía nada bien.Quería que los demás le valorasen más.
El maestro sin mirarlo, le replico: “Me encantaría poder ayudarte pero en estos momentos estoy ocupado con mis propios quehaceres. Quizás si me ayudades a solucionarlos podría acabarlos antes y ayudarte”.
El díscipulo aceptó a regañadientes ya que de nuevo sintió que sus preocupaciones eran poco valoradas.
El maestro le entregó un anillo que llevaba en el dedo y le dijo: “Coge un caballo y cabalaga hasta el mercado más cercano. Necesito que vendas este anillo para pagar una deuda.Y lo más importante es que trates de conseguir la mayor suma posible pero no aceptes menos de una moneda de oro por él”.
Y así el discípulo cabalgó hasta el mercado más cercano para vender el anillo.
Empezó a ofrecer el anillo a diferentes mercaderes que mostraban interés en él hasta que les decía el precio: una moneda de oro.
La mayor parte de los mercaderes se reían al escuchar la suma, salvo uno de ellos que amablemente le indicó que una moneda de oro era muy valiosa para darla a cambio del anillo.
Frustrado y cansado, el discípulo cablagó de nuevo a casa del maestro sabiendo que no había podido cumplir con el encargo que le había hecho.
“Maestro, no he podido vender tu anillo por una moneda de oro”, le dijo cabizbajo. “Como mucho ofrecian un par de monedas de plata, pero no he podido convencer a nadie sobre el verdadero valor del anillo”.
“Tienes razón en algo”, le contestó el maestro. “Necesitamos conocer el verdadero valor del anillo”. “Coge de nuevo el caballo y ve a visitar al joyero del pueblo. Pregúntale por el verdadero valor del anillo. Y sobre todo no se lo vendas”.
Y así cabalgó de nuevo hasta el joyero del pueblo quien, tras examinar detenidamente el anillo, dictaminó que éste valía ¡58 monedas de oro!.
“¿¿58 monedas de oro??” replicó el joven asombrado.
Y con esa buena noticia cabalgó de nuevo a devolverle el anillo a su maestro.
El maestro, le pidió que se sentase y que escuchase lo que tenía que decirle:
“Tu eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal sólo puede evaluarte un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu valor?”

lunes, 2 de febrero de 2015

CUENTO: LA TRISTEZA Y LA FURIA.







En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas...

Había una vez...
Un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún salió del agua...

Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...

Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.


Del libro Cuentos para pensar. de Jorge Bucay

miércoles, 12 de noviembre de 2014

LA RATONA QUE SABÍA LADRAR.CUENTO PARA NIÑOS SOBRE LA EMPATÍA.



La ratona que sabía ladrar

En la orilla de una granja vivía una familia de ratones integrada por los padres y dos hijos. Una mañana de verano salieron a un día de campo. Los dos hermanitos ratones pidieron permiso a sus padres para ir a jugar un poco más lejos. La señora les dijo que sí pero les recomendó:

—Tengan mucho cuidado, porque por allí anda un gato.
—¿Un gato? ¿Qué es eso? —preguntaron los hermanos.
—Un animal grande con bigotes —respondió el padre mientras veía irse a los pequeños.

Los dos ratoncillos se alejaron llenos de curiosidad por conocer a ese animal bigotudo, pues jamás lo habían visto.
—Me muero de ganas de verlo para divertirme con él —dijo la niña ratona.
Andando andando llegaron hasta la cerca y del otro lado alcanzaron a ver al felino. Éste se acercó y comenzó a mirarlos sin intención de hacerles daño.
A los dos hermanos el gato les pareció muy chistoso y comenzaron a burlarse de él, simplemente porque era distinto a ellos. Lo que más les divertía eran sus bigotes y sus orejas paradas.

—Gato flaco, gato flaco, voy a darte para un taco —le decían entre carcajadas.
El gato no se movía y sólo los veía fijamente, poco a poco se estaba enfureciendo. De repente, intentó saltar la cerca para ir sobre los ratones. Sin embargo, no lo logró y cayó como un pequeño costal. Los ratoncillos lloraban de la risa.

—Mira cómo temblamos, mira cómo temblamos —lo desafiaban.
Pero el minino no se quedó conforme. Intentó saltar una y otra vez hasta que lo logró y empezó a corretearlos. Muy asustados, los ratoncillos se desplazaban a toda velocidad hasta que llegaron donde estaban sus padres.

—¡Papá, mamá, corran, porque el gato viene para acá y nos va a comer! —gritaron a coro.
Mamá ratona tenía mucho miedo pero decidió hacer algo para salvar a su familia. Se paró de manos, esperó al gato y cuando éste llegó lo miró a los ojos. Parecía que en cualquier momento el gato daría el zarpazo para atraparla, pero entonces ocurrió algo sorprendente. Mamá ratona tomo aire y empezó a ladrar como un feroz perro:

—¡Guau, guau, guau!
Muy asustado, el gato salió corriendo de allí y la familia de ratones quedó a salvo.
Ya en la noche, cuando todos estaban descansando en sus camas mamá les explicó:
—¿Ya lo vieron? Nunca tenemos que reírnos de las diferencias, sino saber reconocerlas. Si no se hubieran burlado del gato él no les habría hecho nada. Y lo que nos protegió en esta ocasión fue mi conocimiento de los perros. Recuerden que aprender el lenguaje de los demás y respetarlos puede salvarnos la vida.

—Cuento folclórico cubano

martes, 4 de noviembre de 2014

UN CUENTO PARA CONTROLAR EL MAL GENIO EN LOS NIÑOS.


Había un niño que tenía muy, pero que muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, que él clavase un clavo en la cerca de detrás de la casa.

El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así con los días posteriores. Él niño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter, que clavar los clavos en la cerca.

Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y se lo dijo a su padre que no tenía que clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal temperamento.

Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que por cada día que controlase su carácter, que sacase un clavo de la cerca.

Los días se pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la casa y le dijo:

- Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Jamás será la misma.

Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter, dejas una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La herida estará siempre allí. Y una herida física es igual que una herida verbal.
Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte.

Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Autor: desconocido

miércoles, 22 de octubre de 2014

DIME COMO HABLAS Y TE CONTARÉ UN CUENTO. CUENTOS CON CADA FONEMA.



Lo que me ha gustado encontrar por la red, este material publicado por la Junta de Extremadura y realizado por alumnos de la especialidad de Audición y Lenguaje. Son cuentos adaptados para la rehabilitación del habla y las alteraciones que encontramos con los fonemas.
Encontramos un cuento de cada fonema y sus respectivas actividades. Pinchar en el enlace.

martes, 21 de octubre de 2014

NI MÁS NI MENOS. Cuento sobre discapacidad explicada a los niños



Os enlazo  un cuento sobre discapacidad para explicarle a nuestros alumnos que todos somos diferentes y ante todo hay que respetarse.
Es un material editado por el Ministerio de Educación y CREADE.

lunes, 20 de octubre de 2014

CUENTO PARA DESPERTAR A LOS ALUMNOS.



En otras entradas hemos leído el cuento para padres y para profesores pues el cuento de hoy es para despertar a los alumnos. Un cuento cuya finalidad tiene atraer, atrapar al alumno y despertarlo de la desmotivación y la apatía. De manera sutil trata de demostrar la diferencia entre mostrar y demostrar, la clave de la verdadera educación transformadora. 



La historia transcurre el primer día de clase cuando el nuevo profesor entra en el aula y sin tan siquiera presentarse, ni plantear los objetivos, ni el programa de su asignatura lo primero que hace es dirigirse al alumno sentado en la primera fila preguntándole su nombre.

-Me llamo Luis, maestro – Contesta el despistado alumno.

Lo segundo que hizo fue gritarle a Luis que saliera de la clase inmediatamente. El alumno lo miró con incredulidad y quiso protestar pero el maestro no le dio oportunidad.

-Cierra la puerta al salir. ¡No te quiero ver aquí! -Le gritó con autoridad.

Temblando de nervios, coraje o qué se yo, tomó sus cosas y salió sin decir una palabra sin olvidarse de dar un portazo para cerrar la puerta.

Todos nos quedamos asombrados y en completo silencio. Mientras el maestro sacaba un libro de su maletín,  yo lo miraba y pensaba que era un completo idiota y que seguramente nos haría la vida imposible todo el semestre. ¡Qué tipo tan insoportable!

Finalmente tomó asiento y preguntó qué materia nos iba a dar.

¡Que ridículo! ¡Ni siquiera sabía a qué venía! Todos, al mismo tiempo sacamos nuestro horario de clases y dijimos al unísono: ¡INTRODUCCIÓN AL DERECHO!

-Muy bien. ¿Alguien tiene idea de qué se va a tratar en esta clase?

Algunos, los que querían impresionar al nuevo maestro levantaron la mano. El maestro señaló a uno de ellos quien de inmediato dijo que se trataría del estudio de las leyes.

-Muy bien. ¿Alguien sabe para qué sirven las leyes?

Varias respuestas tuvo esa pregunta. Para tener una sociedad organizada. No. Para que todos estemos obligados a cumplirlas. No. Para saber quiénes son los criminales. No... Y así, uno por uno... hasta que alguien dijo la palabra mágica que el maestro buscaba... Para que haya justicia.

-¡Ajá! Justicia. ¿Qué es la justicia?

La justicia es no permitir que se violen los derechos de los demás. -Bien, ¿qué más?... La justicia sirve para regular las conductas de las personas. -Bien, ¿qué más?... La justicia es buscar que cada persona obtenga lo que se merece.

-Bien, muchachos. Bien. Ahora díganme... ¿Ustedes creen que hice bien en sacar a su compañero del aula?

Silencio. Miradas unos a otros.

-¿Hice bien sí o no?

-¡Noooo!

-¿Cometí una injusticia?

-¡Sí!

-¿Y por qué nadie dijo nada? ¿De qué sirven las leyes, las normas y los reglamentos si no tenemos el valor de aplicarlas? Todos estamos obligados a levantar la voz cuando vemos una injusticia. Ustedes y yo. ¡Nunca se queden callados! Tras una breve pausa añadió: Que alguien vaya a buscar a Luis.

Silencio. Todos nos mirábamos con sonrisas idiotas. Alguien salió a buscar a Luis.



Fuente: La mariposa y el elefante. Blog

miércoles, 15 de octubre de 2014

REÍRME CONTIGO NUNCA DE TI. CONVIVENCIA EN INFANTIL Y PRIMARIA.



El Departamento de Educación del Gobierno de Navarra ha creado este material de convivencia para Ed. Infantil y Primaria, son una serie de cuentos con historias cuyo objetivo es la convivencia.
Interesante material para trabajar en las aulas, pinchar en el enlace.

lunes, 13 de octubre de 2014

CUENTO PARA DESPERTAR A LOS PADRES.



Si el otro día en el  blog , una entrada era dedicada a la reflexión de los maestros a través de un cuento hoy el pequeño cuento está dedicado a invitar a los padres a reflexionar.
Al igual que el anterior es del Blog " La Mariposa y el Elefante" que tanto me ha gustado y de nuevo gracias a su autor Miguel Machi por hacer que nos paremos a reflexionar y ver si existe coherencia entre nuestros pensamientos , palabras y acciones.

"Un joven matrimonio entró en uno de las mejores tiendas de juguetes de la ciudad. Los dos estaban entretenidos mirando, sin prisas, todos los juegos y juguetes apilados en las estanterías. Había muñecas que lloraban y reían, juegos electrónicos, construcciones, peluches gigantes, instrumentos musicales… pero no acababan de decidirse. Al acercarse la dependienta, la esposa le preguntó:

-Perdone señorita, tenemos una niña pequeña, pero estamos casi todo el día fuera de casa y, a veces incluso hasta de noche.

-Es una cría que apenas sonríe – añade el marido.

-Quisiéramos comprarle algo que la hiciera feliz – añade la esposa – algo que le diera alegría aun cuando no podamos estar más tiempo con ella."

-Lo siento- sonrió la dependienta- pero aquí no vendemos padres.

jueves, 9 de octubre de 2014

UN CUENTO PARA DESPERTAR A LOS PROFESORES.



Navegando por internet, he encontrado un fantástico blog " La mariposa y el elefante" cuyo autor Miguel Machi , comparte reflexiones sobre educación y formación.
En una de sus entradas nos cuenta el cuento para " Despertar a los Profesores", lo quiero compartir porque no os dejará indiferentes al leerlo. Un saludo a todos los que nos dedicamos a la docencia !!


"Aquella mañana  la señorita Thompson fue consciente de que había mentido a sus alumnos. Les había dicho que ella les quería a todos por igual pero, acto seguido se había fijado en Teddy, sentado en la última fila, y se había dado cuenta de la falsedad de sus palabras.
La señorita Thompson había estado observando a Teddy el curso anterior y se había dado cuenta que no se relacionaba bien con sus compañeros y que tanto su ropa como él parecían necesitar un buen baño. Además el niño acostumbraba a comportarse de manera bastante desagradable con sus profesores. Llego un momento en que la señorita Thompson disfrutaba realmente corrigiendo los deberes de Teddy y llenando su cuaderno de grandes cruces rojas y bajas puntuaciones. Sin duda era lo que merecía por su dejadez y falta de esfuerzo.

En aquel colegio era obligatorio que cada maestro se encargara de revisar los expedientes de los alumnos al inicio de curso, sin embargo la señorita Thompson fue relegando el de Teddy hasta dejarlo para el final. Sin embargo al llegarle su turno, la profesora se encontró con una sorpresa. La profesora de primer curso había anotado en el expediente del chico: “Teddy es un chico brillante, de risa fácil. Hace sus trabajos pulcramente y tiene buenos modales. Es una delicia tenerle en clase.” Tras el desconcierto inicial, la señorita Thompson continúo leyendo las observaciones de los otros maestros. La profesora de segundo había anotado, “Teddy es un alumno excelente y muy apreciado por sus compañeros, pero tiene problemas en seguir el ritmo porque su madre está aquejada de una enfermedad terminal y su vida en casa no debe ser muy fácil.” Por su parte el maestro de tercero había añadido: “La muerte de su madre ha sido un duro golpe para él. Hace lo que puede pero su padre no parece tomar mucho interés, sin no se toman pronto cartas en el asunto, el ambiente de casa acabará afectándole irremediablemente.”. Su profesora de cuarto curso había anotado: “Teddy se muestra encerrado en sí mismo y no tiene interés por la escuela. No tiene demasiados amigos y, a veces, se duerme en clase.


Avergonzada de sí misma, la señorita Thompson cerró el expediente del muchacho. Días después, por Navidad, aún se sintió peor cuando todos los niños le regalaron algunos detalles envueltos en brillantes papeles de colores. Teddy le llevó un paquete toscamente envuelto en una bolsa de la tienda de comestibles. En su interior había una pulsera a la que faltaban algunas piedras de plástico y una botella de perfume medio vacía. La señorita Thompson había abierto los regalos en presencia de la clase, y todos rieron mientras enseñaba los de Teddy. Sin embargo las risas se acallaron cuando la señorita Thompson decidió ponerse aquella pulsera alabando lo preciosa que le parecía, al tiempo que se ponía unas gotas de perfume en la muñeca. Teddy fue el último en salir aquel día y antes de irse se acercó a la señorita Thompson y le dijo: “Señorita, hoy huele usted como solía oler mi mamá.”


Aquel día la señorita Thompson quedó sola en la clase, llorando, por más de una hora. Aquel día decidió que dejaría de enseñar lectura escritura o cálculo. A partir de ahora se dedicaría a educar niños. Comenzó a prestar especial atención a Teddy y, a medida que iba trabajando con él, la mente del niño parecía volver a la vida. Cuánto más cariño le ofrecía ella, más deprisa aprendía él. Al final del curso, Teddy estaba ya entre los más destacados de la clase. Esos días, la señorita Thompson recordó su “mentira” de principio de curso. No era cierto que los “quisiera a todos por igual”. Teddy se había convertido en uno de sus alumnos preferidos.


Un año después la maestra encontró una nota que Teddy le había dejado por debajo de su puerta. En ella Teddy le decía que había sido la mejor maestra que había tenido nunca.
Pasaron seis años sin noticias de Teddy. La señorita Thompson cambió de colegio y de ciudad, hasta que un día recibió una carta de Teddy. Le escribía para contarle que había  finalizado la enseñanza superior y para decirle que, continuaba siendo la mejor maestra que había tenido en su vida.


Unos años más tarde recibió de nuevo una carta. El niño le contaba como, a pesar de las dificultades había seguido estudiando y que pronto se graduaría en la universidad con excelentes calificaciones. En aquella carta tampoco se había olvidado de recordarle que era la mejor maestra. Cuatro años después, en una nueva carta, Teddy relataba a la señorita Thompson como había decidido seguir estudiando un poco más tras licenciarse. Esta vez la carta la firmaba el doctor Theodore F. Stoddard, para la mejor maestra del mundo.
Aquella misma primavera, la señorita Thompson recibió una carta más. En ella Teddy le informaba del fallecimiento de su padre unos años atrás y de su próxima boda con la mujer de sus sueños. En ella le explicaba que nada le haría más feliz que ella ocupara el lugar de su madre en la ceremonia.


Por supuesto la señorita Thompson aceptó y acudió a la ceremonia con el brazalete de piedras falsas que Teddy le regalará en el colegio y, perfumada con el mismo perfume de su madre. Tras abrazarse, Teddy le susurró al oído: “Gracias, señorita Thompson, por haber creído en mí. Gracias por haberme hecho sentir importante, por haberme demostrado que podía cambiar.”


Visiblemente emocionada, la señorita Thompson le susurró: “Te equivocas, Teddy, fue al revés. Fuiste tú el que me enseñó que yo podía cambiar. Hasta que te conocí, yo no sabía lo que era enseñar.”