miércoles, 30 de marzo de 2016

EL CHUPETE Y SUS REPERCUSIONES.


Ya desde el vientre materno el bebé desarrolla uno de los reflejos más primarios para el  ser humano, el reflejo de succión, este es necesario para su alimentación, además de producirle un efecto calmante; de aquí el hecho que el uso de chupete u otras tetinas pueden tener ciertos beneficios.
Según la Organización Mundial de la Salud, el uso del chupete debe introducirse después del primer mes de vida, una vez que la lactancia materna esté afianzada en el bebé. El uso del chupete contribuye no solo con el desarrollo de la musculatura orofacial, sino con el efecto calmante que este aporta, suele tener efecto analgésico en procesos dolorosos para el bebé y además reduce la incidencia de muerte súbita.
Cada día me encuentro en la consulta con una pregunta clave, debo darle a mi hijo chupete, y si es así cuándo debo retirarlo o en otros casos, cuándo debí haberlo retirado. Siempre que me refiero a chupete, incluyo el uso de otras tetinas como el biberón o el dedo del niño.
Como refiero anteriormente el chupete no debe incorporarse al bebé hasta después del primer mes de vida para no dificultar la instauración de la lactancia materna. Su uso debe de ser moderado, teniendo en cuenta que debemos favorecer el balbuceo, y como efecto calmante añadir que no puede ser el único, debemos colaborar con nuestro lenguaje oral y gestual. Además su uso produce en ocasiones infecciones estomacales y bucales, y favorece la aparición de las infecciones de oído medio (otitis) dado que el movimiento de succión abre la trompa de Eustaquio, conectando el oído medio con la nariz y permitiendo así la entrada de patógenos.
Su reducción debe considerarse a partir de los  6-12 meses, coincidiendo con el comienzo de su dentición y sus primeras palabras. Se debe reducir el uso de chupete y biberón, que hasta ahora han favorecido la musculatura y el crecimiento facial, e introducir la cuchara para así reducir malformaciones bucales como:
  • Respiración bucal: deformando el paladar (paladar elevado u ojival) y afectando al crecimiento mandibular, provocando la nasalización de la voz, influyendo en fonemas velares /k/, /j/ y /g/.
  • Hipotonía labial: influye sobre lengua con posición incorrecta e hipotónica y movimientos linguales inmaduros, determinando la incorrecta fonación de fonemas como /rr/,/s/, /z/, /t/,/l/,/ch/y /ñ/.
  • Lengua en posición incorrecta e hipotónica: provocando movimientos linguales inmaduros que influyen en la articulación de fonemas como /rr/,/s/, /z/, /t/,/l/,/ch/y /ñ/.
  • Mandíbula desplazada hacia delante: lo que altera la articulación de fonemas linguodentales o linguovelares, como /s/, /t/, /d/, /n/, /l/, por presión de la punta de la lengua en el maxilar inferior.
La retirada total del chupete debe producirse entre los 18-24 meses, durante este periodo de tiempo el niño va formando su dentición  y aumentado su vocabulario y su uso puede crear dificultades en el desarrollo de su lenguaje.

Visto en: Isep Clinic Blog.
Autora: Naiara Pareja. 

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